1.- Viajando sóla puedes tomar tus propias decisiones sin tener que depender de los demás. ¿Te acuerdas de aquella vez que quisiste bañarte en un río de Perú y tu pareja te dijo que podía ser peligroso?. Tu sabes que no era más peligroso que cruzar una calle del centro de Madrid con el semáforo en rojo. ¡Cuántas veces te has acordado del río peruano!.
2.- Ahondarás en tu propia personalidad. Conocerse a uno mismo es una tarea inacabable. Viajando sin compañía te dará la oportunidad de encontrar decenas de momentos increíbles en los que parecerá que se enciende una lucecita que te permite leer con claridad en tu interior.
3.- Podrás conseguir chollos unipersonales. ¿Cuántas veces te has tropezado con un auténtico chollo del que sólo había disponible una unidad?. ¿Un vuelo a precio ridículo, o la última plaza para realizar una actividad que se ha quedado a precio irrisorio por ser la última disponible?. A veces, dos es multitud…
4.- Podrás conocer a esa persona que te acompañará el resto de tu vida. Bueno, quizás no tanto tiempo 😉 , pero si viajas sólo siempre te resultará más fácil entablar una relación con esa persona tan interesante. ¿Te acuerdas de aquella vez, en aquél sitio, como te arrepentiste de haber ido acompañado?.
5.- Desarrollarás habilidades que no sabías que poseías. Te quedarás sorprendida de las cosas que eres capaz de hacer. Eso hará que te sientas cada vez más independiente.
6.- No tendrás que dar explicaciones a nadie. Si te das cuenta te pasas la vida justificándote. Explicando por qué haces esto o dejas de hacer lo otro. ¡Que les den morcilla a los demás!.
7.- Favorecerás los encuentros sexuales. Todos sabemos que en los viajes se producen momentos muy especiales, mágicos, irrepetibles. Cuando tengas cerca a esa persona inesperada, tan sorprendentemente cercana a tí y a tus inquietudes, cuando se encienda la chispa y prenda en el deseo, te alegrarás más que nunca de estar viajando sin compañía.